Guna Waliggagwa

VERSIÓN EN ESPAÑOL

Fecha de publicación: 5/1/2023

OLOGWADULE

Al inicio todo era oscuro. Una oscuridad tan densa, como si le apretaran a uno los ojos con dos manos. No había sol, no había luna, no habían nacido las estrellas. Entonces Babdummad se dispuso a crear la tierra, Nandummad se dispuso a crear la tierra.
Cuando Baba formó a Nabgwana, encendió también el sol, la luna y las estrellas. Baba irradió la tierra, Baba alumbró el rostro de la madre. La tierra fue imagen y rastro que habló de la presencia de Baba, de la presencia de Nana. La madre tierra tomó los siguientes nombres: Ologwadule, Oloiiddirdili, Nabgwana, Olobibbirgunyai, Olowainasob...
La madre tierra, nana Ologwadule, surgió vigorosa y tierna a la vez. Baba la hizo descansar sobre fundamentos de oro, le dio un armazón de oro. Nana la posó sobre fundamentos de plata, le dio un armazón de plata.
Baba la constituyó así, Nana la constituyó así:
Babdummad extendió la masa de oro en la raíz de Ologwadule y le fijó columnas y troncos de oro amarrados vigorosamente con bejucos de oro macizo. Baba sabía que ella llevaría sobre sí una pesada carga y le proporcionó una base sólida. Baba y Nana trabajaron juntos. Cuando hubo extendido la capa de oro, Babdummad sembró sobre ella todo tipo de flores; sembró un sinnúmero de especies de albahaca, roja, azul, amarilla; y a todas les hizo abrir sus hojillas, y era oloduddagibi. Todo era de oro, todo era de plata; y se alegraban. Todo fue una gran fiesta. Baba y Nana dieron vida a las flores y ellas se movieron vivas. Cuando decimos esto, significa que eran nuestras propias imágenes; ellas encarnaban nuestras vidas. A medida que nana Ologwadule, madre tierra, se iba completando, nuestros espíritus también iban tomando su forma, definiéndose al ritmo de ella. Porque gracias a ella seríamos hombres; desde ella nos definimos.
Luego Baba extendió otra capa de oro. Baba y Nana trabajaban unidos. Esta vez Baba utilizó el oro azul. Nana utilizó la plata azul. Ellos envolvieron de nuevo el rostro de nana Ologwadule.
Baba volvió a atar las columnas y los arcos de oro azul con bejucos de oro macizo azul. Baba esparció las semillas e hizo florecer la gama de flores y de hierbabuena. Las flores se alegraban; fue entonces una gran fiesta. Y nana Ologwadule fue tomando, poco a poco, su forma definitiva. Babdummad trabajaba y formaba los contornos de la madre tierra, la iba inundando de alegría, cubriéndola de oro. Nandummad trabajaba con Babdummad y juntos cubrían a Ologwadule de oro fino, de plata fina.
Pasó la segunda capa. Baba procedió a cubrir a Ologwadule con la tercera capa de oro. Tomó el oro amarillo para esta capa. Hizo el mismo proceso de las anteriores; y Ologwadule fue endurecida así de oro amarillo, de plata amarilla.
Para la cuarta capa Baba utilizó el oro rojo. Ologwadule fue arropada con oro rojo. En toda su amplitud danzaron las flores, danzaron las albahacas de oro rojo. Baba robusteció así a la gran nana Ologwadule. Le amarró las columnas de oro. Entonces nació el río. Y Ologwadule llegó lentamente a su plenitud. Ya no era informe, sino sólida y compacta: Abiayala, Oloburganyala. El río se llamó Olodulasgundiwala, Oloburgandiwala. Y ahí la madre tierra retuvo su nombre definitivo, nana Ologwadule. Sobre ella Baba derramó la corriente de las aguas. Nana derramó la corriente de las aguas. La corriente del río emitió su quejido en las entrañas de la madre, y en su corteza brotaron las semillas, las cepas… Surgió el verdor, y el cuerpo de la madre se llenó de hermosos y robustos árboles con su variado colorido. Y es por eso que la llamamos madre.
A la madre tierra, a nana Olobibbirgunyai, Baba la constituyó protectora y defensora de todo aquello que se mece, se mueve, vive y reposa sobre ella. El mismo sol está bajo su cuidado, la luna, las estrellas, los vientos, la lluvia, los abismos, los grandes y pequeños animales. Baba y Nana le dejaron, desde su inicio, semillas de flores de todas las especies, pero sólo llegado el momento oportuno, y en la medida de su desarrollo, brotaron ellas, vigorizaron y sonrojaron las mejillas de nana Ologwadule. Nana Ologwadule les extendió cuidadosamente las hojas, y se mecieron sus pétalos. Tanto los animales alados como aquellos que se arrastran, los que usan la cabeza para apoyarse, todos ellos, y nosotros, estamos tirando de las tetas de la gran mamá Ologwadule. Sorbemos diariamente los ocho tipos de leche espesa de la gran nana Ologwadule.
Tengamos presente otro detalle. Cuando esta madre tierra que pisamos y que nos nutre, estaba ya en su plenitud y sobre ella habían pasado ya varias generaciones, esta madre se manifestó en la historia. El proceso que anotamos anteriormente se realizó de nuevo en ella:
Entonces, apareció Mago. Y éste encontró un día a una mujer en medio de una gran choza. Ella no tenía ninguna malicia; era íntegra. La mujer permanecía sentada en medio de la hamaca y al anochecer dormía apartada de Mago. Pero éste comenzó a mover su hamaca hacia ella, lentamente. Pasaron varias lunas hasta que Mago pudo tocarla, bajo el designio de Baba.De esta unión nacieron dos niños: Nana Gabayai y Massi Olonidalibibbiler. Nana Ologwadule murió y, en su muerte, todo lo creado se estremeció de dolor.
Nana Ologwadule también bajó hacia las capas inferiores y tomó otros nombres.

Bibliografia

Wagua, A. (2011). En defensa de la vida y su armonía. Elementos de la espiritualidad guna. Textos del babigala. Gunayala: Proyecto EBI Guna / Fondo Mixto Hispano Panameño.



OLOGWADULE
( VIDEO EN VERSIÓN ESPAÑOL)